No siempre tenemos la posibilidad de viajar, acuidr a grandes acontecimientos o simplemente salir de casa, pero sentimos la necesidad de fotografiar. Las ocasiones creativas están en cualquier lugar, no hace falta realizar largos viajes ni acudir a fastuosos eventos ni tener al alcance fantásticos modelos.
Había un escultor que decía que lo único que él hacia era quitar lo que sobraba de la piedra para descubrir la escultura que en ella ya estaba.
En muchas ocasiones con la fotografía pasa lo mismo, en la intimidad de hogar puedes hallar cientos de momentos o de sitios que contienen una imagen que esta a la espera que sea descubierta.
Aquí os presento mi caso, un cuarto de baño pequeñísimo, utilizado a su vez de improvisado tendedero, lugar ideal para la utilización de un gran angular y así explotar al máximo sus posibilidades, en este caso un Tokina 12-24 f4 montado sobre una Canon EOS 20D. Las tomas están realizadas en la cota mínima del rango focal y en contrapicado, todo ello para reforzar la sensación de profundidad
Las modelos no posan, se miran al espejo y realizan la actividad cotidiana del peinado; la ropa tendida y las perchas son el atrezo perfecto para esta composición.
Explorad la intimidad de vuestros hogares y sacad a la luz el arte que en ellos se esconde.